BIO: APROVECHANDO RECURSOS NATURALES
Parece fácil la elaboración de combustibles a partir de “biomasa” (vegetales) para sustituir a los combustibles fósiles. Esto, que parece que no plantea ningún problema (podemos plantar semillas de cereales cuantas veces queramos para obtener cosechas con las que producirlos), nos enfrenta a una situación en la que mantener un punto de vista exclusivamente mercantilista no es suficiente. Ya se ha probado y se continua probando con este tipo de combustibles; realmente sale más barato que el uso de derivados del petróleo; pero ¿qué pasa con la demanda de semillas que la producción de estos combustibles necesitan? y ¿qué pasa con la cantidad de terrenos que se tendría que dedicar al cultivo pensando en la producción de combustibles? Esto, que en principio parece no ser un problema, lo es en realidad y no menor. ¿Cómo afectaría a parte de la población mundial que se dedicasen sus recursos alimentarios a la producción de biocombustibles? Ya hace unos meses se podían leer en la prensa noticias sobre las protestas que habían surgido en Méjico debido al encarecimiento del maíz (base de la alimentación de la población más deprimida) a raíz del uso de biocombustibles elaborados a partir de este cereal.
Cuando parece que la pelea de los biocombustibles abría una herida que dificultaría su desarrollo, aparece en escena una empresa “Solazyme” que es capaz de producir diésel a partir de las algas; además, con la ventaja añadida de que usando las algas se multiplica por cincuenta la producción de combustible con respecto a la soja y otras semillas; además no se tocan los terrenos dedicados la plantación con vistas a la alimentación.
Esto posibilita que se amplíen las posibilidades en el terreno de la investigación y las posibles soluciones al problema de la falta de los combustibles fósiles.
Pero leo en Neoteo un artículo en el que se comentan otras posibilidades reales a partir del uso que se puede dar a las algas desde la industria en general y de la relacionada con la automoción en particular: “Pirelli consigue la patente para fabricar neumáticos en cuya composición se sustituye parte del sílice amorfo utilizado en la fabricación del caucho, por una base de polisacáridos extraídos de las algas.
Además de las ventajas medioambientales que se obtienen, también cabe destacar que el coste de la materia prima se reduce prácticamente a cero, en contraposición algo más de un euro que cuesta la producción de un kilo de sílice amorfo.
El alga sustituye parcialmente al sílice (más o menos en un 10%), pero teniendo en cuenta que no hay que adaptar la cadena de producción a los nuevos compuestos, el cambio ya es rentable.
Aunque Pirelli tiene la patente, todavía no comercializa este tipo de neumáticos.
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